viernes, 24 de julio de 2009

Iguales

Algunos momentos uno se funde con otro para convertirse en uno. A veces esos momentos se extienden a horas. En ocasiones se enredan sensaciones en un grupo. Esos unos transformados en otro que no suma más de uno, aunque parezca más grande. Pasa uno a ser parte de un algo e incluso disfruta de esa parte que le toca a uno, que es todo.
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Llega ese coche que uno estaba esperando, que viene a recoger a uno para volver a un trabajo que quería olvidar uno, un volver a preparar mesas, servir platos, un empezar de nuevo que parece la continuación de un recoger mesas y servir platos de la noche anterior.
Siente uno que algo se ha tragado ese tiempo sucedido entre servicio y servicio, ese tiempo utilizado para el descanso que ha marchado dejando piernas cargadas, manos doloridas y espaldas tensionadas. Un instante antes todo era gozo, en un pozo.
Trata de agarrarse a la memoria un descanso ya defenestrado. Sigue cayendo relax en un pozo sin fondo. Espera que sea uno quién le ponga alas, espera que uno se mantenga al otro lado del hilo, sujetando con fuerza estos embites del viento. Si células tienen memoria sólo recuerdan que nacieron para seguir trabajando y parar es el fin, células sólo tienen camino.
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Vuelve uno a un coche que le lleva hasta punto, camino de retorno. Sigue uno donde quedaron cosas ayer.
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Destruyen unos un caos, transforman en orden lo que volverá a ser desorganizado en el momento siguiente, hacer y deshacer que es hacer. Se alimenta bucle que envuelve, llena y ocupa. Bucle cielo que protege.
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Mientras todo esto sucede, unos han sido peces, han sido un banco que se mueve como uno solo...
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8 comentarios:

Urlanda dijo...

Una mezcla interesante de gustos. Seriedad, imaginación y fantasía: todo un dilema, parece.

José Prades dijo...

Se ha adelantado un sol a un texto que ha nacido después de la imagen.
Ahora ya hay dilema compuesto de momentos.
Otro Sol se suma al cielo.

Sux dijo...

Los bucles siempre traen cola...unas veces de pez y otras de caballo.

Beso nene

Urlanda dijo...

Diría que este Sol no se adelanto, supongo, asomo los ojos como habitualmente lo hace al cielo. Solo que el texto aun estaba durmiendo.. Jejeje.

No entiendo la relación del texto con el dibujo, pero los dos me gustan. Veo que te gustan los minicouper, no? También, en otro post, mire un “bochito” creo que puede ser un súper beatle.. no estoy segura.

Besos.

José Prades dijo...

Todos son seiscientos...
el modelo que habitó en España en el cretácico reciente..
Yo tampoco entiendo la relación, cada uno habla.
Nacen en el mismo tiempo...
Espero que quedemos atrapados en bucles, ni de pez, ni de caballo...

artemiza dijo...

No conozco los seiscientos. Pero ahora que veo con detenimiento, me doy cuenta que el carro de este dibujo es antiguo, ¿podría ser “clásico”? Me parece a los que se usaban en los tiempos de Al Capone.

José Prades dijo...

El seiscientos puede considerarse un clásico, pero es posterior a esos fords que conducían los gansters, se puede considerar que el seiscientos fue el vehículo estrella en la España de los 60/70.

Veo que es un icono determinado, limitado a este país que habito... Es bueno saberlo.

Un matojo de besos...

Urlanda dijo...

Una melodía envuelta en regalo para ti, en mi blog.

Dedal.