viernes, 17 de octubre de 2008

ZONA DE ACTUACIÓN

ZONA DE ACTUACIÓN
La zona principal de actuación son dos edificios situados en la Avenida Constitución. Esta es la zona ideal por ser una zona de tránsito, por encontrarse en el centro de la ciudad. Las imágenes potenciarían la zona, y esta ubicación convierte a estos edificios en un escaparate ideal. Otras posibles zonas serían: la medianera situada junto a la calle Palacio en la intersección con la calle Correos, junto a la iglesia de Santo Tomás, la medianera del edificio que se está construyendo de Caja Rioja y fachadas cercanas, la cara exterior del frontón del colegio de la estación, la zona del patio de San Vicente (ubicada en la intersección de la avenida de la Constitución con avenida del Cidacos, alguna de las paredes del frontón municipal, e incluso, las paredes de alguno de los edificios que se van a edificar (sustituyendo a los derribados) en la avenida de la Constitución.

CUATRO CONCEPTOS PARA CUATRO MEDIANERAS
Una vez definida la zona de actuación, marcados los objetivos que se quieren resolver y realizado el primer bombardeo de ideas, comienza el proceso de concreción de las imágenes. Los formatos de las paredes son similares, sólo difiere la fachada 3, algo más ancha. Puede ser demasiado pretencioso intentar integrar tradición, moda y tecnología en cada una de las medianeras, además de resultar monótono, por lo que se ha considerado oportuno establecer diferencias temáticas en las imágenes, incluso cambios de detalles gráficos, tratando de adaptar las imágenes a las necesidades de cada uno de los posibles clientes (ya que el conjunto del proyecto puede ser económicamente costoso para uno solo), quienes pueden sentirse más identificados con alguno de los aspectos tratados y no, necesariamente, con todos ellos. El hecho de ser cuatro pilares diferentes los que afianzan la idea, aumenta la percepción de un Arnedo, Ciudad del Calzado. Son cuatro conceptos para cuatro medianeras. El primer tema que apareció fue el aspecto de la moda, importantísima en la producción de calzado, que se ha tratado con imágenes obtenidas de revistas de moda. Otro aspecto importante a tener en cuenta es el tecnológico, unido a la fabricación tradicional e industrial. Para este tema se han elegido imágenes de manuales de instrucciones, combinados con el organigrama de la empresa Sevillas SA. aparecido en un libro que se editó con motivo de su primer centenario en 1947. Otra de estas ideas consiste en el manejo del mundo de los cuentos tradicionales, tan cercano a la ilustración. Es una evocación a una tradición cultural amplia, por lo que hace que las imágenes sean accesibles para gran cantidad de personas. Y el último tema elegido es una alusión a la forma de vida en las décadas de los 70 y 80, por pertenecer a un pasado reciente que se ha transformado en presente.

DUENDES CELEBRAN LA VICTORIA DEL GATO CON BOTAS DE SIETE LEGUAS.

Los cuentos forman parte de nuestra tradición cultural, van caminando de padres a hijos como transmisores del conocimiento, lo mismo ha sucedido en la fabricación del calzado, el conocimiento se divulga de generación en generación. Tradición unida a tradición. La asociación de la fabricación del calzado con los cuentos tradicionales europeos, tan presentes en nuestra cultura, determina un punto relevante dentro del proyecto, y supone una automática asociación de la manufactura del calzado con la cultura tradicional, superviviente al paso del tiempo, presente que sigue proyectándose hacia el futuro. Los iconos elegidos para el desarrollo de la imagen -extraídos de los cuentos tradicionales y directamente relacionados con el mundo del calzado- son: el gato con botas (de Perrault), las botas de siete leguas (presentes, entre otros, en La maravillosa historia de Peter Schlemihl de Adelbert von Chamisso,) y los duendes (hallados en numerosos textos, por ejemplo, El zapatero remendón de los hermanos Grimm). No olvidamos la figura de Hans Christian Andersen, hijo de un zapatero remendón, algo que le “acompañó” durante toda su vida. EL GATO. Procedente de El gato con botas representa en el cuento, sin ser el auténtico héroe, el ser activo que va a conseguir los mejores intereses de su amo, la unión con la princesa. Este personaje sólo puede representar al empresario. En el cuento el gato se enfrenta al ogro, que es un señor muy rico cuyo don es el de metamorfosearse en el animal que desee, utilizando la inteligencia como arma descubre su punto débil, la vanidad. Puesto el reto de convertirse en ratón, el ogro obedece sin reflexionar y el gato no tiene más que zampárselo. Aunque en la imagen nos hemos tomado la licencia de indultar al ogro-ratón con la finalidad de reflejar la victoria del gato. La caracterización del gato se limita al uso de una gola que le otorga un aire ilustre. En este personaje se ha trabajado especialmente la posición de la cabeza, para que mantenga un rictus felino y señorial, trasmitiendo al tiempo esa atención constante a la ocasión que pueda surgir y dejando que los duendes disfruten del fruto de su victoria. Es el principal protagonista de esta imagen, siempre despierto ante las ocasiones que pueda encontrar, pero permanece discreto al fondo para reflejar la discreción de nuestro héroe, protagonista de la acción pero no único beneficiario de ella. DUENDES. La figura del duende procede de El zapatero remendón, este personaje representa a las personas que trabajan los zapatos con sus manos, las que han ido recibiendo y trasmitiendo las artes en la fabricación del calzado. Son esos seres que ponen toda su dedicación y esmero en el cuidado de nuestros pies. Las imágenes nacen de una sesión fotográfica realizada en una tarde veraniega de piscina y juegos. Se trata de asociar el trabajo al juego. En los dibujos los zapatos sustituyen al balón, y del mismo modo que este, reciben del duende una actitud energética y positiva, se transforman en centro de atención, lo que pone de manifiesto una actitud positiva en la fabricación del calzado. El hecho de elegir un niño como modelo surgió de la necesidad de trasmitir inocencia, remarcada por la desnudez del duende –el cual viste únicamente pantaloneta- que también refleja la honradez con que estos personajes se entregan al trabajo y a la vida. El niño igualmente comunica pureza, plasmada en el efecto acuoso de las formas de su piel y por el pelo húmedo, que además evoca frescor en un ambiente cálido. Generosidad marcada en la libertad de sus pies, desnudez generosa hasta el punto de no utilizar el producto conformado por estar destinado a los demás. El niño también habla de juventud, de innovación, de aprendizaje y evolución, habla de futuro. Los duendes son todos iguales para trasmitir sensación de uniformidad y unidad en el proceso de producción. Estos seres se proponen como individuos activos que pueden aparecer en pequeños reductos del entorno, incluso dibujados en el suelo caminando entre las medianeras. LAS BOTAS DE SIETE LEGUAS. El modelo elegido viene determinado por las botas de básquet que durante tanto tiempo vino produciendo la fábrica Tao, otra de las empresas emblemáticas dentro de la tradición zapatera arnedana. Representan las botas de siete leguas nombradas anteriormente, de ahí la vista en plano enfático. Su colocación no es arbitraria, se han probado varias composiciones, se probó primero a plasmarlas en movimiento, caminando sin pies, dando unos pasos inmensos en la lejanía, pero no parecen ser pasos de siete leguas pese al distanciamiento de ambas botas. Se intentó entonces en reposo, pero aparecen ordenadas, puras e impolutas, nadie diría que vienen de dar varias vueltas al Mundo. Nos decidimos finalmente por dejarlas caer al suelo, sin maldad, pero tampoco despreocupación, y así cayeron, escudriñando, cada una, el horizonte en busca de nuevos caminos. LA COMPOSICIÓN. Todos los personajes han sido realizados de forma unitaria, calcos de fotografías a lapicero, manteniendo el carácter individual de cada uno de ellos. Se han trabajado varias composiciones en las que se colocaba al gato en la parte superior de la fachada, un piso diferente de los duendes, pero se ha elegido esta, que aunque puede resultar más cargada ubica a todos los personajes a la misma altura, juntos. Todo sea por seguir dotando a las imágenes del tan necesario carácter unitario. El ratón, que hasta ahora no se había nombrado, es un personaje de especial importancia en la escena, ha sido indultado con la finalidad de servir de hilo conductor entre gato y duendes, es el objeto de deseo común, y aunque los dibujos se superpongan en el papel, no se produce contacto real entre ellos; es en el ratón el único lugar en el que se unen sus manos. Hemos elegido una escena posterior al desarrollo del cuento, el momento en el que el gato ya descansa después de haber realizado su hazaña diaria con la presa, viva, atrapada por su cola. La molécula ocupa dos lugares claramente diferenciados, uno es el suelo, al que se adapta creando la sensación de perspectiva y organizando el espacio sobre el que habitan los personajes. Otro es el cielo, es el aire que respiran todos los protagonistas, el ambiente que los ubica en el soporte. Posteriormente se hablará del proceso de evolución vivido por este elemento. -Me sobran los duendes, no existen los duendes. - Sí que existen. -Que no existen los duendes, me niego a creer que existan los duendes. -Sí que existen, yo los he visto, y ya no son como Doré los dibujaba, ni John Tenniel, ni como lo hizo Apeles Mestres.- -Que han evolucionado, se han modernizado, ya no llevan fastidiosos atuendos -para compensar el calentamiento global, supongo-, se han cortado las barbas y han rejuvenecido.-

CRECIENDO ENTRE ZAPATOS

Tradición zapatera arnedana asociada a una infancia rodeada de calzado. INTRODUCCIÓN. Volvemos en este apartado a hablar de la expansión horizontal. El crecimiento natural de la ciudad unido al desarrollo de la industria del calzado produjo la necesidad de creación de espacios donde albergarlas. Así se originó la evolución de una ciudad rodeada de polígonos. Esta imagen representa cómo los niños –edificios- van madurando entre calzado. Es una alusión a esa evolución en la que el zapato se convierte en un elemento cotidiano al tiempo que es soporte principal de la economía familiar.
LA COMPOSICIÓN. Este tema había sido objeto de estudio en la fachada 2, fruto de este trabajo eran varias imágenes mostradas con anterioridad. Para adaptar la escena al formato de la fachada fue necesario utilizar un plano contrapicado en el que se van mezclando niños y zapatos, la composición es llamativa pero la superposición necesaria de todos los elementos puede resultar cargante. El formato de la fachada 3 permite un mayor distanciamiento de los personajes, que no aparecen tan constreñidos y mejora la sensación de coexistencia entre elementos; conciudadanos todos de esta ciudad. Este aumento del soporte también permite una exhibición más completa de la molécula del calzado, que se muestra en su estructura original. Lo más importante del cambio de fachada es la permisión de la anexión al conjunto de otro personaje, representante de la moda, que adopta un nuevo carisma protector en esta escena y casi omnipresente en el total del proyecto. Esta inmensa madre defensora, muestra una alpargata, origen del calzado en Arnedo, sobre el cojín ocupado habitualmente por el Zapato de Oro, mientras custodia a las figuras de la escena que se encuentran delante de ella. Lleva vestido y peinado evocando las últimas tendencias de inicios de los ochenta. Las fachadas 2 y 3 se ubican, enfrentadas, en el centro de la actuación, esto ayuda a trasmitir los conceptos principales ya que se muestran en la misma calle dos escenas parecidas con personajes claramente diferenciados. Esta composición admite el cambio del calzado colocado en la calle por los modelos representativos de cualquier marca, lo que puede hacer más atractiva su adquisición por parte de posibles clientes.

miércoles, 15 de octubre de 2008

ORO EN LOS ZAPATOS.

Descripción de la imagen elegida para la fachada 2. El protagonista de la escena es el zapato de oro.
EL ZAPATO DE ORO.
El Zapato de Oro, ese objeto que representa la tradición, que carga en su empeine una parte importante de la historia de Arnedo, se ha dejado retratar por el lapicero, quien necesitó la ayuda del rotulador para conseguir plasmar la relevancia de este personaje. Venía con humildad, con la intención de convertirse en uno más dentro de las imágenes, buscando el lugar que debía ocupar, y eso es lo que ha estado haciendo durante este tiempo. Decenas de párvulos lo observaron atónitos desde sus tribunas, antes de que fuese sustraído de La fragua de Vulcano -donde realmente fue modelado- para convertirse, unas veces, en improvisado receptáculo de chiquillos, otras en objeto de deseo para, terminar finalmente siendo producto de muestra, centro de atención de todas las miradas.
LA COMPOSICIÓN.
Esta escena es un pequeño homenaje al Zapato de Oro, protagonista de la imagen hallándose en el centro de atención. Encontramos en esta escena una enfermera improvisada que muestra, acunando entre sus brazos orgullosa, un Zapato de Oro recién nacido; se aparta para no obstaculizar la visión de una criatura tan bella –lo que hace que la fachada se transforme en una ventana abierta y trasmita la sensación de que el habitáculo continúa dentro del muro-. Mira directamente a los ojos del espectador, haciéndole partícipe del momento, invitándole a compartir la dicha y el regocijo de la presentación, consciente de que el dorado Ser caminará firme y decidido por el mundo, será el embajador de esta ciudad por doquiera que vaya. Son los finales de los 70, la modelo viste las últimas tendencias de aquella temporada. Aparece de nuevo en este ambiente el personaje del duende, ese trabajador incansable que ha salido de su ilustración para convertirse en un espectador más, pero no ha podido permanecer fuera del muro, e impaciente, lo invade para abrazar a un pequeño que ha nacido en mayores proporciones que él mismo. Sirve este elemento como identificación y referencia para los curiosos que se acerquen a la escena al tiempo que potencia la sensación de bienvenida del protagonista. No podía faltar en el acontecimiento la molécula del calzado, discreta y semitransparente, trasfondo necesario que será cimiento y madrina del nuevo ser.

LUCE, LUCÍA

qué hermosos los caminos que conocí en tí...
La nena que habita en el dibujo y la pintura la Reina de lapiceros y pinceles La Princesa del Papel y el lienzo Esa que sabe colocar sobre un soporte lo que sus ojos ven esa niña, nena, ese caos...
Hoy no estaba dispuesta a leer mis tonterías hoy me ha apartado de su lado directa y dulcemente, sin necesidad de golpearme porque hoy quería cuidarse.
Acariciáte, date ese cariño que esparces por el mundo Recibe este abrazo sincero que te entrego ahora para que hagas con él lo que quieras en el momento en que lo recibas....

jueves, 9 de octubre de 2008

EFÍMERO

Tengo la sensación de que este instante es eterno. Es algo que sucede en mi cabeza, recuerdo falso mutante que sigo recreando, reviviendo diferente a cada momento. Me da miedo pensar que pudiesemos quedar así por toda la eternidad, tan cerca el uno del otro, tan lejos, por inmóviles, estáticos, sintiendo la cercanía del momento ansiado que no se producirá, que no va a germinar porque lo hemos decidido así, queremos que sea eterno, eterno acercamiento inmóvil. Me niego, reniego, maldito instante eterno, me encrespa sentirlo como un encadenamiento de seres idénticos, clónicos e inmutables, momento vivido durante una vida entera, deseo que se acabe el deseo, deseo culminar mi deseo, deseo acabar con este eterno instante instantáneamente encadenado a sí mismo. Con un gran esfuerzo tiro de mi cabeza con todas mis fuerzas y consigo, por fin llegarte. Poso y reposo, pito y repito. Glorioso instante que pudiera ser eterno... Es una suerte que la eternidad sea tan efímera.

CAFÉ II

Instrucciones: Para escuchar perfectamente la lectura de este texto es aconsejable extraer el teléfono móvil del bolsillo, bolso o el lugar en el que se encuentre. Encenderlo, ponerlo en modo muy alto, a ser posible. Con la esperanza y el deseo de que interrumpa la lectura en cualquier momento. Es importante permanecer atento a una posible llamada.
La música sigue sonando, como todos los días desde que te conozco.
Cliente: -Yo sólo quería un café. Camarera: -¿Con magdalenas? Cliente: -Con una buena conversación. Camarera: -¿Sólo eso? Cliente: -Solo un café, tímido. Camarera: -¿Tímido? Cliente: -Peor, cortado. Camarera: -Por el mismo patrón, supongo. Cliente: -Por el mismo que mis vecinos, pero cambiante en cada momento. Igualito vamos. Camarera: -Deme un momento, que me estoy perdiendo. Cliente: -¿En la conversación? Camarera: -En el café. No se olvide de que estoy trabajando. Cliente: -Pero, si no hay clientes. Camarera: -Estoy yo, ¿no le parece demasiado? Cliente: -No lo sé, es que a mí no me gusta el sexo sin amor y con dinero, prefiero un café cortado por patrones diferentes. Camarera: -Parece que ya me encuentro. Cliente: -Bienvenida al club pues... Camarera: -¿De los desesperados?... Cliente: -No, de los que pierden trenes que nunca han querido tomar. Camarera: -Como todos. Cliente: -O todos o ninguno. Camarera: -Aunque algunas noches, yo también te hecho de menos. Cliente: -Algunas noches, yo también me hecho de menos. Camarera: -Algunas noches consigo pensar en tí menos de diez veces, las menos. Cliente: -Yo sólo pienso en mí una vez, que dura toda la noche. Camarera: -Vayase usted a la mierda. Cliente: -En la mierda me deja cuando me coloca usted tan lejos. Camarera: -Puedo acercarme más, si lo desea. Cliente: -Aunque llegue a tocarme seguirá estando usted a un millón de años luz de esta galaxia. Camarera: -Ya veo. Cliente: -Lo que ahora veo no es sino el brillo de lo que en el pasado fue. Camarera: -Fue en el mismo momento en el que nacieron las palabras, y contínua siendo, ya lo verá usted. Cliente: -Lo fue, amiga mía, pues las palabras llegan tarde a mis oídos, apenas un instante después. Camarera: -El sonido es rápido. Cliente: -Mucho más lento que la luz. Camarera: -Natural. Cliente: -Como la química. Camarera: -¿Orgánica? Cliente: -Escatológica, de velocidad intermedia, o sea, más lenta que la luz que ahora inunda mis ojos, pero más rápida que el sonido que llegará hasta mis oídos. Camarera: -¿Qué quiere decir con eso? Cliente: -Que Luz ha muerto esperando a que llegase el ansiado sonido. Camarera: -¿Demasiado tiempo? Cliente: -Esperando. Camarera: -Entonces, ¿me acompaña esta noche?. Cliente: -Tendrá usted que disculparme ante sus sábanas. Camarera: -Comprendo. Cliente: -Sigo esperando una llamada.

HOY TÉ

Has ocupado mis sueños durante toda la noche.
Te marchas mientras abres mis ojos,
bajo de unos sueños que he olvidado,
me despiertas suavemente,
me despides con un beso mientras me llevas de la mano
hasta este último paso que conduce a la consciencia.
Susurro tu nombre con la esperanza de retenerte un instante más,
pero te alejas mientras se acerca un nuevo día que ya está aquí. Siento cómo se enciende el fósforo delante de mi ombligo,
hoy no desayuno el habitual café.
Hoy tomo té, sólo.

DISPARO

Hoy he encontrado uno de tus mensajes instántaneos, esos que me cuentan que revoloteo tu cabeza, mensajes que contienen las mayores burradas del mundo mundial y que por tanto me dan pie para soltar todas las barbaridades que se me pasan por la cabeza e incluso, me incitan a pensar en nuevas y más gordas. Eso me encanta, utilizar mi cabeza para vivir el más difícil todavía, pero en bruto, o sea, el más bruto todavía. Me relaja y descargo todo. Aquí llega algo BRUTAL, ¿preparada? Me has preguntado si he disparado, qué sutileza tan bestia, me encanta, tienes la desfachatez de tú, que te muestras tras una máscara de falso verdadero interés, igual que hago yo, preguntas por algo natural, que aparentemente no te incumbe, o que sí, de una forma directa y clara. Y yo, que me encuentro deseante de ser provocado, precisamente porque tus embistes me llevan a ese lugar que habitas del que todo desconozco, entro a saco en esta debacle que supone la inocente preguntita, cargada cual bomba nuclear, que has lanzado al espacio virtual y respondo. Sólo tienes que mover un poquito la muleta que llevas en tu cabeza para que este miura acuda al cite con toda su fuerza y nobleza. En este caso fuerza oral-escrita. Sexo escrito.

He vuelto a casa ignorando mi propio estado, pensando que estaba ebrio y cansado, saturado de todo, hasta que me has dado un toque, me has envíado esa chispa, en forma de mamada virtual, me has hinchado los cojones, o sea, que tengo dos testículos en forma de olla a presión... La boda ha sido muy divertida, hemos disfrutado de abundante y excesiva comida, bebida, risas y buena compañía, vamos un exceso en todos los aspectos. Después un bailoteo regado con abundantes cubatas, no me ha importado la música que sonaba, sólo me he preocupado de bailarlo todo, lo lento, lo de ritmo medio, lo rápido, agarrado, suelto... todo vamos. Durante todo el tiempo he estado concentrado en mi familia, mis hermanos, mis padres, mis sobrinos...

He estado viviéndolos intensamente, haciéndonos fotos, hablando, estando... En ningún momento me he preocupado por mis cojones, por buscar una bella damisela en la que descargar lo que me sale de los huevos. Pues no, no he disparado porque no he buscado el lugar adecuado al que apuntar, no he encontrado esa diana que se esconde entre tus piernas (se me pone el pene erecto cuando escribo estas letras. La diana que se esconde entre tus piernas, más erecto todavía). Inocente, diría que inconsciente, hasta que me he encontrado ese maravilloso mensaje (auténtica mamada virtual, que virtuosismo el tuyo, desde allí y sin tocarme). Según he leído tu mensaje me he dado cuenta de que venía con dos testículos en forma de olla a presión, que sólo se relajan cuando sienten cómo algo de gas se escapa por este pitorro que busca tu potorro, ese que repito, se pone erecto cuando piensa en la diana que se esconde entre tus piernas. Esta pistola, escopeta, cañón... torre no ha sido descargada, así que en ello me encuentro, zarandeando mi cabeza en la tuya, ahora te doy un beso, hasta conseguir el tan preciado orgasmo simúltaneo que provocan las palabras. Envíandote este polvo en forma de letras que espero sea un polvazo multiorgásmico (ambos sabemos que en tí es posible), cuyo único fin es el de conseguir que disfrutemos del momento que dura dura, te estrujo contra mi pecho, de esas retinas abiertas que devoran, que lamen y acarician este cuerpo de tipo, que es caricia, bocado, lametón de tu comentario, que comienzan en la cabeza y termina recorriendo hasta la úlima abertura de nuestros cuerpos, ahora te acaricio el pelo, que ya se han sumido en una impresionante vorágine líquida en la que se van mezclando hasta los fluídos que no están escritos, ahora te muerdo un pecho, para fundirnos y confundirnos en algo irreal que bien pudiera ser posible y que se muestra como imposible, y ahora te muerdo en el cuello, mientras mi mano aprieta tu pubis, Anubis, abre más la puerta que quiero estar dentro, agarro el pelo, presión que empuja a la presión y se crea más presión todavía. Dedos abriendo agujeros. Carne que entra en la carne. Aguas que encienden fuegos. Risas, más mordiscos, ahora cielo, luego suelo. Te me subes mientras bajo, ahora arriba y ahora abajo, te acaricio despacio, corro mucho y ahora paro, te doy la vuelta, beso oscuro y para dentro, descubriendo nuevas rutas, espera que este terreno no está preparado, nuevo cambio ya no espero, yo ya estoy se acerca el primero. Corro más pues ya lo veo, ya no escapa ya lo tengo. vamos, sigue llegando . Sigo empujando y ya embisto; tu cabeza contra la cabecera, que eso duele pero no pares y si puede ser más fuerte, más intenso, acelera el ritmo que voy viendo como se acerca un segundo, y sigo subiendo escaleras deseoso por llegar al tercero, y ahora se cansan las piernas y flexiono las rodillas y dejo que sea tu impulso el que me vaya acercando al cuarto, y como ya estoy cansado lleno de presión, sin más dilación estallo sin saber si hemos conseguido llegar hasta el quinto, aunque no hay quinto bueno, y todavía hambrientos, decidimos acabar con la tarde y con el sexto llevándonos todos los trofeos, que se han quedado en escaleras, empujones y líquidos que nos rodean. Ahora te suelto el pelo. Estamos empapados en nuestros fluídos, nos rodean, ha salido todo lo que estaba dentro, ahora no me calienta ni el fuego... Escribir este texto ha sido un auténtico placer... ¿Leerlo?

miércoles, 8 de octubre de 2008

CAFÉ I

Llevaba un año visitando su sonrisa todos los días, de cinco a cinco y media, para tomar ese café tan cortado que pasaba a ser tímido; ese café con sabor a intensos ojos marrones oscuros, cabeza perfectamente proporcionada, óvalo facial armonioso, largo y suave cuello, hombros rectos, brazos delicados y musculados, senos firmes y orgullosos, ombligo adornado por esférico piercing de turno, cerrada curva en cintura que se abre hasta la cadera en la que empieza caída libre por interminables piernas unidas a perfectos tobillos que acaban en proporcionados pies. Ese café con aroma a piel canela y miel, suave textura de cabello de ángel, largo, oscuro y rizado; que permanecía erguido, distante y frío al otro lado de la infranqueable barra. Ese café cargado de abundante humo, con unas gotas de whisky, escaso de azúcar y muy, muy corto de leche, servido en taza de cristal. Café de origen divino concebido en la inmensa luz del paraíso, cuyo fin era ser desterrado a las zonas más sombrías del local, antes de marearse y perderse, lleno de amargura, dentro de mis propias y oscuras profundidades. Entregado por manos maternales, que solamente en dos ocasiones osé acariciar timidamente durante todo este tiempo, simulando, encuentros casuales. Acto seguido, el momento más emocionante, esos ojos marrones oscuros se posaban en los míos sólo durante el breve instante que dura el frío: -Dos euros, como siempre- que me tiraba su agrietada, rota e insolente garganta. Al que respondía con un rápido movimiento de brazo derecho, casi imperceptible, con inicio en mi bolsillo y fin en un doble click sobre la barra. Todavía se encontraban ambas monedas en el breve recorrido hasta la caja registradora, que ansiaba resguardarlos, cuando el cristal de la taza podía verse desprotegido, sucio y desnudo. Ese café fulminado con la ansiedad del que tiene todo el tiempo del mundo para sí mismo, que no tiene ocupaciones y sólo sueña, durante el breve instante que dura el café, que puede materializar lo único que desearía hacer durante todos esos aparentemente infinitos segundos... Esto es lo que he venido repitiendo todos los días durante el último año; sin excepción. Pero hoy es diferente, hoy te observo mientras no pido con un suave movimiento de mis cejas el preciado oro oscuro, hoy tú, me preguntas extrañada, casi exaltada: -¿Café?-. Respondo tranquilo: -Hoy vengo servido de casa, gracias-.

viernes, 3 de octubre de 2008

CAFÉ SOLO

No sé cómo se me ocurre buscarte fuera,
si lo que realmente me acerca a tí habita únicamente en mí.
Está claro que me amo con locura.

Tener paciencia
es poder esperar tres minutos
para volver a verte.
Hoy me he acercado hasta la barra de tu bar. No necesitaba tomar nada, sólo refrescarme durante el breve instante que durase el trago, con la vana esperanza de que ese microsegundo hubiera resultado tan insuficiente como para hacerme desear contínuarlo mañana. Hoy me he acercado con mis mejores galas, mi horquilla favorita, el maletín de cuero negro tuneado con pegatinas varias y propias, en blancos y negros, que no me atrevo a colorear por miedo a que puedan confundirse con la mentira que habitamos, cuando sólo muestran otra irrealidad que sólo nos atrevemos a mirar. Y sobre todo, mis ojos de los domingos, esos que proyectan el ser que llevo en lo más hondo. Era fácil que mi paciencia (tres minutos) no me hubiese permitido marchar del local hasta haber apurado hasta la última gota de tu compañía. Pero he cometido un tremendo error. He olvidado el tesoro que guardo en el maletín, una ingenuidad tan pura que me hace flotar, con la que miro al mundo diferente de cómo sucede, que me hace soñar con situaciones posibles únicamente en mi imaginación, imposibles por el mero hecho de haber nacido posibles dentro. Vamos que un microsegundo en tu barra se ha convertido en un tiempo infinito al que únicamente le importaba permanecer eternamente. Estabas demasiado preocupada por no entrar, mientras permanecías dentro de la barra, o quizás es que estabas dentro mientras permanecías fuera de la barra; o intentabas entrar al tiempo que salías o intentabas salir mientras entrabas. La verdad es que no lo sé. La cuestión es que no te he visto en el cuerpo que habitas, que bien pudiera ser que no te había visto habitando tu cuerpo como lo haces con habitualidad. Así que hoy, me he tomado sólo un café solo.