Llega sin un rostro que no necesita,
sentir cómo escapan entre dedos
besos recogidos en labios,
uno o dos o tres o cinco.
Cae a los pies un nuevo encuentro,
van llenándose momentos
que no llegan a fracaso.
Escucha el móvil en silencio,
gritan dedos, textos
tocan suelo, vuelo.
Comer de manos quisiera.
Junto a una mesa vacía
otra rebosa miel, tila,
cereales, leche, magadalenas...
para el pan sigue las migas.
1 comentario:
Tienes aquí una mesa servida,
que me sirve de alimento.
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