martes, 21 de julio de 2009

Cara sin rostro

Llega sin un rostro que no necesita,
sentir cómo escapan entre dedos
besos recogidos en labios,
uno o dos o tres o cinco.
Cae a los pies un nuevo encuentro,
van llenándose momentos
que no llegan a fracaso.
Escucha el móvil en silencio, gritan dedos, textos tocan suelo, vuelo. Comer de manos quisiera. Junto a una mesa vacía otra rebosa miel, tila, cereales, leche, magadalenas... para el pan sigue las migas.

1 comentario:

José Prades dijo...

Tienes aquí una mesa servida,
que me sirve de alimento.