jueves, 9 de octubre de 2008

DISPARO

Hoy he encontrado uno de tus mensajes instántaneos, esos que me cuentan que revoloteo tu cabeza, mensajes que contienen las mayores burradas del mundo mundial y que por tanto me dan pie para soltar todas las barbaridades que se me pasan por la cabeza e incluso, me incitan a pensar en nuevas y más gordas. Eso me encanta, utilizar mi cabeza para vivir el más difícil todavía, pero en bruto, o sea, el más bruto todavía. Me relaja y descargo todo. Aquí llega algo BRUTAL, ¿preparada? Me has preguntado si he disparado, qué sutileza tan bestia, me encanta, tienes la desfachatez de tú, que te muestras tras una máscara de falso verdadero interés, igual que hago yo, preguntas por algo natural, que aparentemente no te incumbe, o que sí, de una forma directa y clara. Y yo, que me encuentro deseante de ser provocado, precisamente porque tus embistes me llevan a ese lugar que habitas del que todo desconozco, entro a saco en esta debacle que supone la inocente preguntita, cargada cual bomba nuclear, que has lanzado al espacio virtual y respondo. Sólo tienes que mover un poquito la muleta que llevas en tu cabeza para que este miura acuda al cite con toda su fuerza y nobleza. En este caso fuerza oral-escrita. Sexo escrito.

He vuelto a casa ignorando mi propio estado, pensando que estaba ebrio y cansado, saturado de todo, hasta que me has dado un toque, me has envíado esa chispa, en forma de mamada virtual, me has hinchado los cojones, o sea, que tengo dos testículos en forma de olla a presión... La boda ha sido muy divertida, hemos disfrutado de abundante y excesiva comida, bebida, risas y buena compañía, vamos un exceso en todos los aspectos. Después un bailoteo regado con abundantes cubatas, no me ha importado la música que sonaba, sólo me he preocupado de bailarlo todo, lo lento, lo de ritmo medio, lo rápido, agarrado, suelto... todo vamos. Durante todo el tiempo he estado concentrado en mi familia, mis hermanos, mis padres, mis sobrinos...

He estado viviéndolos intensamente, haciéndonos fotos, hablando, estando... En ningún momento me he preocupado por mis cojones, por buscar una bella damisela en la que descargar lo que me sale de los huevos. Pues no, no he disparado porque no he buscado el lugar adecuado al que apuntar, no he encontrado esa diana que se esconde entre tus piernas (se me pone el pene erecto cuando escribo estas letras. La diana que se esconde entre tus piernas, más erecto todavía). Inocente, diría que inconsciente, hasta que me he encontrado ese maravilloso mensaje (auténtica mamada virtual, que virtuosismo el tuyo, desde allí y sin tocarme). Según he leído tu mensaje me he dado cuenta de que venía con dos testículos en forma de olla a presión, que sólo se relajan cuando sienten cómo algo de gas se escapa por este pitorro que busca tu potorro, ese que repito, se pone erecto cuando piensa en la diana que se esconde entre tus piernas. Esta pistola, escopeta, cañón... torre no ha sido descargada, así que en ello me encuentro, zarandeando mi cabeza en la tuya, ahora te doy un beso, hasta conseguir el tan preciado orgasmo simúltaneo que provocan las palabras. Envíandote este polvo en forma de letras que espero sea un polvazo multiorgásmico (ambos sabemos que en tí es posible), cuyo único fin es el de conseguir que disfrutemos del momento que dura dura, te estrujo contra mi pecho, de esas retinas abiertas que devoran, que lamen y acarician este cuerpo de tipo, que es caricia, bocado, lametón de tu comentario, que comienzan en la cabeza y termina recorriendo hasta la úlima abertura de nuestros cuerpos, ahora te acaricio el pelo, que ya se han sumido en una impresionante vorágine líquida en la que se van mezclando hasta los fluídos que no están escritos, ahora te muerdo un pecho, para fundirnos y confundirnos en algo irreal que bien pudiera ser posible y que se muestra como imposible, y ahora te muerdo en el cuello, mientras mi mano aprieta tu pubis, Anubis, abre más la puerta que quiero estar dentro, agarro el pelo, presión que empuja a la presión y se crea más presión todavía. Dedos abriendo agujeros. Carne que entra en la carne. Aguas que encienden fuegos. Risas, más mordiscos, ahora cielo, luego suelo. Te me subes mientras bajo, ahora arriba y ahora abajo, te acaricio despacio, corro mucho y ahora paro, te doy la vuelta, beso oscuro y para dentro, descubriendo nuevas rutas, espera que este terreno no está preparado, nuevo cambio ya no espero, yo ya estoy se acerca el primero. Corro más pues ya lo veo, ya no escapa ya lo tengo. vamos, sigue llegando . Sigo empujando y ya embisto; tu cabeza contra la cabecera, que eso duele pero no pares y si puede ser más fuerte, más intenso, acelera el ritmo que voy viendo como se acerca un segundo, y sigo subiendo escaleras deseoso por llegar al tercero, y ahora se cansan las piernas y flexiono las rodillas y dejo que sea tu impulso el que me vaya acercando al cuarto, y como ya estoy cansado lleno de presión, sin más dilación estallo sin saber si hemos conseguido llegar hasta el quinto, aunque no hay quinto bueno, y todavía hambrientos, decidimos acabar con la tarde y con el sexto llevándonos todos los trofeos, que se han quedado en escaleras, empujones y líquidos que nos rodean. Ahora te suelto el pelo. Estamos empapados en nuestros fluídos, nos rodean, ha salido todo lo que estaba dentro, ahora no me calienta ni el fuego... Escribir este texto ha sido un auténtico placer... ¿Leerlo?

2 comentarios:

Urlanda dijo...

Un millar de sensaciones placenteras. Orgasmicas palabras. Que sigan los abrazos.

Urlanda dijo...

¿Porque el dibujo de las motos, y los ejecutivos vetados de vista?