viernes, 17 de octubre de 2008

DUENDES CELEBRAN LA VICTORIA DEL GATO CON BOTAS DE SIETE LEGUAS.

Los cuentos forman parte de nuestra tradición cultural, van caminando de padres a hijos como transmisores del conocimiento, lo mismo ha sucedido en la fabricación del calzado, el conocimiento se divulga de generación en generación. Tradición unida a tradición. La asociación de la fabricación del calzado con los cuentos tradicionales europeos, tan presentes en nuestra cultura, determina un punto relevante dentro del proyecto, y supone una automática asociación de la manufactura del calzado con la cultura tradicional, superviviente al paso del tiempo, presente que sigue proyectándose hacia el futuro. Los iconos elegidos para el desarrollo de la imagen -extraídos de los cuentos tradicionales y directamente relacionados con el mundo del calzado- son: el gato con botas (de Perrault), las botas de siete leguas (presentes, entre otros, en La maravillosa historia de Peter Schlemihl de Adelbert von Chamisso,) y los duendes (hallados en numerosos textos, por ejemplo, El zapatero remendón de los hermanos Grimm). No olvidamos la figura de Hans Christian Andersen, hijo de un zapatero remendón, algo que le “acompañó” durante toda su vida. EL GATO. Procedente de El gato con botas representa en el cuento, sin ser el auténtico héroe, el ser activo que va a conseguir los mejores intereses de su amo, la unión con la princesa. Este personaje sólo puede representar al empresario. En el cuento el gato se enfrenta al ogro, que es un señor muy rico cuyo don es el de metamorfosearse en el animal que desee, utilizando la inteligencia como arma descubre su punto débil, la vanidad. Puesto el reto de convertirse en ratón, el ogro obedece sin reflexionar y el gato no tiene más que zampárselo. Aunque en la imagen nos hemos tomado la licencia de indultar al ogro-ratón con la finalidad de reflejar la victoria del gato. La caracterización del gato se limita al uso de una gola que le otorga un aire ilustre. En este personaje se ha trabajado especialmente la posición de la cabeza, para que mantenga un rictus felino y señorial, trasmitiendo al tiempo esa atención constante a la ocasión que pueda surgir y dejando que los duendes disfruten del fruto de su victoria. Es el principal protagonista de esta imagen, siempre despierto ante las ocasiones que pueda encontrar, pero permanece discreto al fondo para reflejar la discreción de nuestro héroe, protagonista de la acción pero no único beneficiario de ella. DUENDES. La figura del duende procede de El zapatero remendón, este personaje representa a las personas que trabajan los zapatos con sus manos, las que han ido recibiendo y trasmitiendo las artes en la fabricación del calzado. Son esos seres que ponen toda su dedicación y esmero en el cuidado de nuestros pies. Las imágenes nacen de una sesión fotográfica realizada en una tarde veraniega de piscina y juegos. Se trata de asociar el trabajo al juego. En los dibujos los zapatos sustituyen al balón, y del mismo modo que este, reciben del duende una actitud energética y positiva, se transforman en centro de atención, lo que pone de manifiesto una actitud positiva en la fabricación del calzado. El hecho de elegir un niño como modelo surgió de la necesidad de trasmitir inocencia, remarcada por la desnudez del duende –el cual viste únicamente pantaloneta- que también refleja la honradez con que estos personajes se entregan al trabajo y a la vida. El niño igualmente comunica pureza, plasmada en el efecto acuoso de las formas de su piel y por el pelo húmedo, que además evoca frescor en un ambiente cálido. Generosidad marcada en la libertad de sus pies, desnudez generosa hasta el punto de no utilizar el producto conformado por estar destinado a los demás. El niño también habla de juventud, de innovación, de aprendizaje y evolución, habla de futuro. Los duendes son todos iguales para trasmitir sensación de uniformidad y unidad en el proceso de producción. Estos seres se proponen como individuos activos que pueden aparecer en pequeños reductos del entorno, incluso dibujados en el suelo caminando entre las medianeras. LAS BOTAS DE SIETE LEGUAS. El modelo elegido viene determinado por las botas de básquet que durante tanto tiempo vino produciendo la fábrica Tao, otra de las empresas emblemáticas dentro de la tradición zapatera arnedana. Representan las botas de siete leguas nombradas anteriormente, de ahí la vista en plano enfático. Su colocación no es arbitraria, se han probado varias composiciones, se probó primero a plasmarlas en movimiento, caminando sin pies, dando unos pasos inmensos en la lejanía, pero no parecen ser pasos de siete leguas pese al distanciamiento de ambas botas. Se intentó entonces en reposo, pero aparecen ordenadas, puras e impolutas, nadie diría que vienen de dar varias vueltas al Mundo. Nos decidimos finalmente por dejarlas caer al suelo, sin maldad, pero tampoco despreocupación, y así cayeron, escudriñando, cada una, el horizonte en busca de nuevos caminos. LA COMPOSICIÓN. Todos los personajes han sido realizados de forma unitaria, calcos de fotografías a lapicero, manteniendo el carácter individual de cada uno de ellos. Se han trabajado varias composiciones en las que se colocaba al gato en la parte superior de la fachada, un piso diferente de los duendes, pero se ha elegido esta, que aunque puede resultar más cargada ubica a todos los personajes a la misma altura, juntos. Todo sea por seguir dotando a las imágenes del tan necesario carácter unitario. El ratón, que hasta ahora no se había nombrado, es un personaje de especial importancia en la escena, ha sido indultado con la finalidad de servir de hilo conductor entre gato y duendes, es el objeto de deseo común, y aunque los dibujos se superpongan en el papel, no se produce contacto real entre ellos; es en el ratón el único lugar en el que se unen sus manos. Hemos elegido una escena posterior al desarrollo del cuento, el momento en el que el gato ya descansa después de haber realizado su hazaña diaria con la presa, viva, atrapada por su cola. La molécula ocupa dos lugares claramente diferenciados, uno es el suelo, al que se adapta creando la sensación de perspectiva y organizando el espacio sobre el que habitan los personajes. Otro es el cielo, es el aire que respiran todos los protagonistas, el ambiente que los ubica en el soporte. Posteriormente se hablará del proceso de evolución vivido por este elemento. -Me sobran los duendes, no existen los duendes. - Sí que existen. -Que no existen los duendes, me niego a creer que existan los duendes. -Sí que existen, yo los he visto, y ya no son como Doré los dibujaba, ni John Tenniel, ni como lo hizo Apeles Mestres.- -Que han evolucionado, se han modernizado, ya no llevan fastidiosos atuendos -para compensar el calentamiento global, supongo-, se han cortado las barbas y han rejuvenecido.-

1 comentario:

Sux dijo...

Una preciosidad, aunque quede cursi, bolondro, muy muy bonito. Adre dice que para la próxima no le importaría posar...

Un glam beso