viernes, 17 de octubre de 2008
ZONA DE ACTUACIÓN
DUENDES CELEBRAN LA VICTORIA DEL GATO CON BOTAS DE SIETE LEGUAS.
LA COMPOSICIÓN.
Todos los personajes han sido realizados de forma unitaria, calcos de fotografías a lapicero, manteniendo el carácter individual de cada uno de ellos.
Se han trabajado varias composiciones en las que se colocaba al gato en la parte superior de la fachada, un piso diferente de los duendes, pero se ha elegido esta, que aunque puede resultar más cargada ubica a todos los personajes a la misma altura, juntos. Todo sea por seguir dotando a las imágenes del tan necesario carácter unitario.
El ratón, que hasta ahora no se había nombrado, es un personaje de especial importancia en la escena, ha sido indultado con la finalidad de servir de hilo conductor entre gato y duendes, es el objeto de deseo común, y aunque los dibujos se superpongan en el papel, no se produce contacto real entre ellos; es en el ratón el único lugar en el que se unen sus manos.
Hemos elegido una escena posterior al desarrollo del cuento, el momento en el que el gato ya descansa después de haber realizado su hazaña diaria con la presa, viva, atrapada por su cola.
La molécula ocupa dos lugares claramente diferenciados, uno es el suelo, al que se adapta creando la sensación de perspectiva y organizando el espacio sobre el que habitan los personajes. Otro es el cielo, es el aire que respiran todos los protagonistas, el ambiente que los ubica en el soporte. Posteriormente se hablará del proceso de evolución vivido por este elemento.
-Me sobran los duendes, no existen los duendes.
- Sí que existen.
-Que no existen los duendes, me niego a creer que existan los duendes.
-Sí que existen, yo los he visto, y ya no son como Doré los dibujaba, ni John Tenniel, ni como lo hizo Apeles Mestres.-
-Que han evolucionado, se han modernizado, ya no llevan fastidiosos atuendos -para compensar el calentamiento global, supongo-, se han cortado las barbas y han rejuvenecido.-
CRECIENDO ENTRE ZAPATOS
miércoles, 15 de octubre de 2008
ORO EN LOS ZAPATOS.
Encontramos en esta escena una enfermera improvisada que muestra, acunando entre sus brazos orgullosa, un Zapato de Oro recién nacido; se aparta para no obstaculizar la visión de una criatura tan bella –lo que hace que la fachada se transforme en una ventana abierta y trasmita la sensación de que el habitáculo continúa dentro del muro-. Mira directamente a los ojos del espectador, haciéndole partícipe del momento, invitándole a compartir la dicha y el regocijo de la presentación, consciente de que el dorado Ser caminará firme y decidido por el mundo, será el embajador de esta ciudad por doquiera que vaya. Son los finales de los 70, la modelo viste las últimas tendencias de aquella temporada.
Aparece de nuevo en este ambiente el personaje del duende, ese trabajador incansable que ha salido de su ilustración para convertirse en un espectador más, pero no ha podido permanecer fuera del muro, e impaciente, lo invade para abrazar a un pequeño que ha nacido en mayores proporciones que él mismo. Sirve este elemento como identificación y referencia para los curiosos que se acerquen a la escena al tiempo que potencia la sensación de bienvenida del protagonista.
No podía faltar en el acontecimiento la molécula del calzado, discreta y semitransparente, trasfondo necesario que será cimiento y madrina del nuevo ser.LUCE, LUCÍA

jueves, 9 de octubre de 2008
EFÍMERO
momento vivido durante una vida entera,
deseo que se acabe el deseo,
deseo culminar mi deseo,
deseo acabar con este eterno instante
instantáneamente encadenado a sí mismo.
Con un gran esfuerzo tiro de mi cabeza con todas mis fuerzas
y consigo, por fin llegarte.
Poso y reposo, pito y repito.
Glorioso instante que pudiera ser eterno...
Es una suerte que la eternidad sea tan efímera.CAFÉ II
HOY TÉ
DISPARO
Hoy he encontrado uno de tus mensajes instántaneos, esos que me cuentan que revoloteo tu cabeza, mensajes que contienen las mayores burradas del mundo mundial y que por tanto me dan pie para soltar todas las barbaridades que se me pasan por la cabeza e incluso, me incitan a pensar en nuevas y más gordas. Eso me encanta, utilizar mi cabeza para vivir el más difícil todavía, pero en bruto, o sea, el más bruto todavía. Me relaja y descargo todo. Aquí llega algo BRUTAL, ¿preparada?
Me has preguntado si he disparado, qué sutileza tan bestia, me encanta, tienes la desfachatez de tú, que te muestras tras una máscara de falso verdadero interés, igual que hago yo, preguntas por algo natural, que aparentemente no te incumbe, o que sí, de una forma directa y clara. Y yo, que me encuentro deseante de ser provocado, precisamente porque tus embistes me llevan a ese lugar que habitas del que todo desconozco, entro a saco en esta debacle que supone la inocente preguntita, cargada cual bomba nuclear, que has lanzado al espacio virtual y respondo. Sólo tienes que mover un poquito la muleta que llevas en tu cabeza para que este miura acuda al cite con toda su fuerza y nobleza. En este caso fuerza oral-escrita. Sexo escrito. He estado viviéndolos intensamente, haciéndonos fotos, hablando, estando... En ningún momento me he preocupado por mis cojones, por buscar una bella damisela en la que descargar lo que me sale de los huevos. Pues no, no he disparado porque no he buscado el lugar adecuado al que apuntar, no he encontrado esa diana que se esconde entre tus piernas (se me pone el pene erecto cuando escribo estas letras. La diana que se esconde entre tus piernas, más erecto todavía).
Inocente, diría que inconsciente, hasta que me he encontrado ese maravilloso mensaje (auténtica mamada virtual, que virtuosismo el tuyo, desde allí y sin tocarme). Según he leído tu mensaje me he dado cuenta de que venía con dos testículos en forma de olla a presión, que sólo se relajan cuando sienten cómo algo de gas se escapa por este pitorro que busca tu potorro, ese que repito, se pone erecto cuando piensa en la diana que se esconde entre tus piernas.
Esta pistola, escopeta, cañón... torre no ha sido descargada, así que en ello me encuentro, zarandeando mi cabeza en la tuya, ahora te doy un beso, hasta conseguir el tan preciado orgasmo simúltaneo que provocan las palabras. Envíandote este polvo en forma de letras que espero sea un polvazo multiorgásmico (ambos sabemos que en tí es posible), cuyo único fin es el de conseguir que disfrutemos del momento que dura dura, te estrujo contra mi pecho, de esas retinas abiertas que devoran, que lamen y acarician este cuerpo de tipo, que es caricia, bocado, lametón de tu comentario, que comienzan en la cabeza y termina recorriendo hasta la úlima abertura de nuestros cuerpos, ahora te acaricio el pelo, que ya se han sumido en una impresionante vorágine líquida en la que se van mezclando hasta los fluídos que no están escritos, ahora te muerdo un pecho, para fundirnos y confundirnos en algo irreal que bien pudiera ser posible y que se muestra como imposible, y ahora te muerdo en el cuello, mientras mi mano aprieta tu pubis, Anubis, abre más la puerta que quiero estar dentro, agarro el pelo, presión que empuja a la presión y se crea más presión todavía. Dedos abriendo agujeros. Carne que entra en la carne. Aguas que encienden fuegos. Risas, más mordiscos, ahora cielo, luego suelo. Te me subes mientras bajo, ahora arriba y ahora abajo, te acaricio despacio, corro mucho y ahora paro, te doy la vuelta, beso oscuro y para dentro, descubriendo nuevas rutas, espera que este terreno no está preparado, nuevo cambio ya no espero, yo ya estoy se acerca el primero. Corro más pues ya lo veo, ya no escapa ya lo tengo. vamos, sigue llegando . Sigo empujando y ya embisto; tu cabeza contra la cabecera, que eso duele pero no pares y si puede ser más fuerte, más intenso, acelera el ritmo que voy viendo como se acerca un segundo, y sigo subiendo escaleras deseoso por llegar al tercero, y ahora se cansan las piernas y flexiono las rodillas y dejo que sea tu impulso el que me vaya acercando al cuarto, y como ya estoy cansado lleno de presión, sin más dilación estallo sin saber si hemos conseguido llegar hasta el quinto, aunque no hay quinto bueno, y todavía hambrientos, decidimos acabar con la tarde y con el sexto llevándonos todos los trofeos, que se han quedado en escaleras, empujones y líquidos que nos rodean. Ahora te suelto el pelo. Estamos empapados en nuestros fluídos, nos rodean, ha salido todo lo que estaba dentro, ahora no me calienta ni el fuego...
Escribir este texto ha sido un auténtico placer... ¿Leerlo?
miércoles, 8 de octubre de 2008
CAFÉ I
viernes, 3 de octubre de 2008
CAFÉ SOLO










