sábado, 27 de junio de 2009

Abrazos

Inspiras profundamente mientras miras unos ojos que se van acercando. Se cruzan manos seguidas de brazos que reposan en hombros, en cintura. Mano que mirando de frente una espalda recorre camino hacia propia mano. Apoyas cuello y cabeza, recibes cuello y cabeza, abres el pecho que se une a otro pecho, abres cintura que se une a cintura, regalas pubis que se une a otro pubis. Sientes cómo otros pulmones vacían tu pecho al llenarse, como te llenan al vaciar. Muslos que se apoyan hasta las rodillas, que llegan hasta los tobillos, pies que han perdido su suelo para encontrarse en el de otro. Espalda rodeada de brazos y manos que exploran mientras transmiten calor, mientras reciben calor que sube por los brazos, llega a los hombros invade el tronco y un pecho que andaba sintiendo el suave oleaje de otro pecho, que suma movimiento y cadencia. Cara en cara, rodea cabeza y es nuca en tu cara y es cara en tu nuca. El mecer de pechos va bajando a unos pubis que permanecen dormidos y relajados en regalo de momento y contacto, un no roce comprimido que se expande por muslos, rodillas, tobillos y acaba en un suelo lleno de pies que vuelven a absorver esa suavidad que no quería escaparse. Se cierra un círculo de agua serena que mana y fluye dulcemente sosa y seca. Cabezas se separan para unirse labios a caras, comienzan e aparecer unos brazos que despegan suavemente, se abre la presa, respiraciones y pechos empiezan a rodearse de aire, ojos que siguen mirando ojos, manos que se detienen en mano, que agarran se sujetan, se acarician dedos que se alejan a ese espacio que ocupan tus pies, ojos que vuelven a llevar unos labios a otra cara, ojos que ya están en otro sitio...

3 comentarios:

José Prades dijo...

La imagen que acompaña a este texto es un beso pasional. Un abrazo puede tener la pasión que hay en ese beso, sin necesidad de mezcla de fluídos, con una sexualidad liberada e incluso avivada, pero manteniendo la consciencia de que el abrazo conduce hasta un abrazo...
Un abrazo conduce hasta la unión de dos energías.

Muchos abrazos

Urlanda dijo...

Muchos abrazos.

José Prades dijo...

Los recojo todos en ese espacio que queda entre mis brazos y mi espalda...