Entro a mirar de nuevo,
disfruto estos garabatos
gozo mirando ese espejo,
algún día nacerá en colores
Mis ojos me mienten.
Mis manos me mienten.
Mi lengua me miente.
Mi boca no me ha dicho
que he encontrado silicona
mientras buscaba el placer
en tus senos
Hoy es el cumpleaños de mi sobrino Rodrigo.
A medida que avanzaba el embarazo de mi hermana, aquel agonizante febrero de 2001, principios de Marzo, iba sintiendo este individuo la alegría de sentir que el nacimiento del primer representante de la siguiente generación familiar pudiese coincidir con el propio nacimiento, ese monstruíto que se iba a llamar Rodrigo en honor de nuestro hemano. Y digo alegría porque su llegada en fecha tan señalada me permitía pensar que era mi regalo de aquel año -maravilloso regalo una vida nueva- al tiempo que iba a difuminar la celebración de mi honomástica por ganar protagonismo la suya.
Mi sueño se vió semi-realizado aquel 5 de Marzo en que llegó al mundo el precioso monstruíto que entró en la vida de toda la familia hasta el fin de los tiempos. El hecho no fue perfecto ya que nació un día antes que yo, pero creo que esto resultó más ventajoso, ya que así desviaría la atención de todos al día anterior de mi celebración, esto ha convertido mi propio cumpleaños en algo secundario. Ha perdido peso el lastre de seguir poniéndome años...
Mi cabeza mira hacia el desarrollo del sobrino y se olvida de analizar la evolución propia del año vivido.
Tengo que agradecerle además, el hecho de ser el modelo de uno de mis personajes más queridos dentro de "Vertical", mi proyecto final. El hecho de elegirlo a él hace que aflore la emocionalidad que transmite dibujar a un ser querido, además de la que surge dibujando un niño. Esto hace que el personaje final, ese duendecillo sea más interesante y querido.